¡Viva Cataluña libre! Por Patrick Besson. Le Point. Gracias a Catalan Way
¿Sería el escritor el único que encontraría desafortunado ver a los republicanos franceses apoyando una monarquía contra los republicanos catalanes?
Patrick Besson
Recuerdo lo felices que estaban los europeos -tanto los medios de comunicación como los intelectuales y los gobiernos- cuando, a finales del siglo pasado, los eslovenos, luego los croatas, seguidos por los bosnios y, finalmente, los kosovares decidieron, cada uno por su lado, abandonar Yugoslavia. Los independentistas recibieron casi inmediatamente refuerzos mediáticos y ayuda militar. Tenían la boca llena del derecho de las naciones pequeñas a la autodeterminación. Belgrado, que intentaba preservar la unidad yugoslava, como lo están haciendo actualmente el Rey de España y su Primer Ministro para la unidad española, fue regado con insultos y amenazas antes de ser sencillamente bombardeado por una coalición internacional.
¿Hoy bombardearían Madrid? Colocaron en las calles de París el bigote de Hitler junto a Slobodan Milosevic. Fallecido, en La Haya, después de un intensivo tratamiento de la medicina holandesa. En la mayoría de las capitales de la UE, los defensores de la democracia y los derechos humanos se lanzaron a las calles con gritos de “¡Viva Eslovenia libre!, ¡Viva Croacia libre!, ¡Viva Bosnia libre!, ¡Viva Kosovo libre!”.
La secesión se consideraba entonces un derecho inalienable, incluso un deber sagrado, para los pueblos con lengua, cultura y economía propia. ¿No significó el desarrollo de la idea europea de la desaparición de las viejas fronteras y la creación de una amplia federación que da prioridad a las regiones, asfixiadas por el jacobinismo de las antiguas capitales?
¿Por qué negar a los catalanes lo que finalmente se ha concedido a los eslovenos, croatas, bosnios y kosovares? ¿De qué manera la independencia de Cataluña es un riesgo mayor para la estabilidad de Europa que la de los pueblos de la antigua Yugoslavia? Aparte de Manuel Valls, no conozco a ningún catalán. Y decir que conozco a Manuel Valls es una exageración: solo le di la mano después de un concierto de Florent Pagny en el que la mujer del ex Primer Ministro tocaba el violín.
Creo que nunca he salido con una catalana. Aunque soy gourmet, no soy aficionado a la cocina catalana. Por lo tanto, no tengo ninguna razón para apoyar a Cataluña en su deseo de independencia, excepto, por supuesto, que no veo a nadie más que lo haga. Barcelona está aislada del mundo. Esta es una buena posición para un artista y una mala posición para un estado.
También me sorprende que los franceses, apasionadamente apegados a lo que ellos llaman los valores de la República, sigan siendo insensibles al hecho de que los catalanes quieran dejar la monarquía española para vivir en la República de Cataluña. Republicanos franceses apoyando una monarquía contra los republicanos catalanes es un poco triste.
Ha pasado mucho tiempo que no se desafía a un rey y me sorprende que eso no nos haga más felices a nosotros, a nosotros que decapitamos a uno de ellos, un acto político sin precedentes celebrado por la Marsellesa al comienzo de cada partido de fútbol de la selección francesa.
Artículo traducido por: Dew @DewCatalunya
Article traduit par: Dew @DewCatalunya
Autor: Patrick Besson
Fuente: Le Point
Fecha de publicación: 11/11/2017
Fuente de la imagen: Le Point
Leyenda de la imagen: La alegría de un independentista tras la proclamación de la República Catalana el 27 de octubre en Barcelona. © Santi Palacios/AP/SIPA
Artículo complet gracias a Catalan Way @CatalanWay_
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Visca Catalunya lliure! Per Patrick Besson. Le Point.
Article traduït al català per Dew (@DewCatalunya)