Editorial de José Antich: “Dos miserables horas”. El Nacional.cat
Dos horas. Dos tristes horas. Este ha sido todo el tiempo del que ha dispuesto este sábado la consejera Dolors Bassa para visitar a su madre, de 87 años, convaleciente en el hospital de Girona, donde ha sido intervenida quirúrgicamente.
Traducido por Albert (@HaedusCrabittu)
El tiempo que le ha dado la Sala de Vacaciones del Tribunal Supremo para abandonar la prisión de Puig de les Basses en la que permanece privada de libertad hace ya 187 días. La injusticia de una causa procesal que se sustenta a partir de relatos que poco o nada tienen que ver con lo que sucedió tiene, en este caso, un elemento cruel, inhumano, en la prisión provisional que se les ha aplicado temerariamente a los encausados. Y que produce, entre otras consecuencias, situaciones tan extremas como ésta.
Una madre enferma, una prisión provisional, un convoy de varios coches policiales conduciendo la consejera de la prisión al hospital son elementos que permiten, si se quiere, unas medidas mucho más holgadas que dos miserables horas. Sobre todo porque es claro que la consejera Bassa optó ya en su momento, por razones familiares fundamentalmente, por asumir el ingreso en prisión y no por el exilio como otros miembros del Gobierno. Fue a Bruselas a finales de octubre del año pasado y volvió a Barcelona para comparecer ante el Tribunal Supremo; fue puesta en libertad en diciembre y volvió a ingresar en prisión en marzo, un tiempo más que suficiente para fijar su residencia en otro país si hubiera querido y tampoco lo hizo. También está de más el comentario en el que se justifica que tan sólo sea de dos horas: evitar que la salida de la cárcel tenga un objetivo diferente al autorizado.
¿Por qué tanta crueldad añadida? Cuesta entender si no se analiza la globalidad de la situación. El escarmiento que se pretende realizar. Una España unida y cohesionada en torno al juez Llarena para evitar que comparezca ante el juez de Bruselas que le ha citado el día 4 de septiembre. Una clase política de PP y Cs, una judicatura y unos medios de comunicación clamando para que sea el Estado quien se haga cargo de su defensa por unas declaraciones que no tienen nada que ver directamente con la inmunidad de la jurisdicción española. Y que pague el abogado que se contrate en Bélgica.
Bassa y Llarena. Dos caras de una misma moneda. Quién es el indefenso?
Artículo traducido por Albert (@HaedusCrabittu)
Article traduït per Albert (@HaedusCrabittu)
Font: @elnacionalcat
https://www.elnacional.cat/ca/editorial/jose-antich-dues-miserables-hores_298932_102.html
Autor: José Antich (@joseantich)
Data de publicació: 25 de agosto de 2018
Font de les imatges: elNacional.cat