“1 de octubre: entonces y ahora” por Milford Edge @milfordedge
Artículo traducido por Xavier F. Domènech @xavidomenech99
1 de octubre: entonces y ahora
De nuevo, 1 de octubre. Ha transcurrido un año desde que los catalanes consiguieron celebrar un referéndum contra viento y marea. El Gobierno y las autoridades españolas lo prohibieron, pero los catalanes decidieron seguir adelante a pesar de todo. Gracias al extraordinario ingenio, la determinación y la firme resistencia del pueblo, lo consiguieron. Las urnas fueron importadas desde la China y se almacenaron en Elna (Rousillon), se introdujeron clandestinamente a través de las fronteras hasta los puntos distribución, y finalmente llegaron a los colegios electorales sin que ninguna de ellas fuera interceptada por la policía española. Se confiscaron cientos de miles de papeletas, pero… en Catalunya hay millones de impresoras.
Personas de todas las edades ocuparon los colegios electorales tan pronto terminaron las clases el 29 de septiembre, dos días antes del referéndum, y luego los defendieron. La gente se turnaba para dormir en los colegios y evitar las actuaciones policiales que se produjeron, finalmente, en la mañana del 1 de octubre, el día de la votación. En aquel momento se desató el infierno. Los 12.000 miembros de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que habían sido reclutados, se trasladaron desde pueblos y ciudades de toda España cantando “¡A por ellos, oo-ee!”. ¿Por qué cantaban esto? Porque sabían perfectamente cuál era su misión. Habían venido a derrotar a los catalanes.
Fueron alojados en viejos “ferries”. Uno de ellos estaba adornado con dibujos de “Tweety Pie” (Piolín), lo que provocó las burlas de los catalanes. También fueron alojados en hoteles. En Pineda de Mar, fuimos testigos de un penoso espectáculo de gamberrismo, la policía gritaba “¡¡Vamos a actuar!! ¡¡Dejadnos actuar¡!” ante los ciudadanos. Una revista satírica fue denunciada por insinuar que muchos agentes consumían cocaína, una impresión compartida por muchos que tuvieron ocasión de presenciar su comportamiento. Los “suplementos dietéticos” tan populares en los gimnasios de España también podrían haber jugado en papel importante en los altos niveles de agresividad de sus actuaciones.
Estos fueron los “profesionales” encargados de evitar el referéndum de autodeterminación de Catalunya. Fracasaron. Golpearon, patearon y arrastraron a los ciudadanos que se congregaron ante los colegios electorales. Lo hicieron indiscriminadamente, sin importar que se tratase de ancianos, niños o mujeres. Dispararon balas de goma que provocaron que Roger Español perdiese un ojo. Cada policía que actuó ese día, lo hizo contra personas desarmadas que no tenían intención alguna de comportarse violentamente. Cada policía que actuó violentamente ese día no es más que un cobarde y toda persona que resistió es un héroe.
Durante meses, el gobierno español y los medios de comunicación, afirmaron que los cientos de vídeos y los informes de los hospitales sobre los heridos eran falsos. Todavía me resulta difícil ver las imágenes y las fotografías de ese día. Los que dudan de lo que ocurrió realmente en Catalunya el 1 de octubre, deberían ver las imágenes, y creer lo que están viendo sus ojos, no a la insistente versión del gobierno español. El trauma del 1 de octubre persiste todavía en la mente de los catalanes, y yo no puedo apartar de la mía las interminables imágenes de la policía española con uniformes acorazados, utilizando violencia extrema sobre votantes indefensos, gente con los brazos levantados en una postura de resistencia no violenta. El 1 de octubre de 2017 es la muestra más impresionante de coraje y resistencia pacífica que he presenciado en toda mi vida. No puedo más que expresar mi admiración y respeto por todas y cada una de esas personas. No puedo decir lo mismo sobre el Estado español. El día 1 de octubre de 2017 fue el día en que España quemó todos sus puentes con Catalunya.
Simultáneamente, el sistema de votación electrónica fue objeto de continuos ataques cibernéticos por parte de hackers contratados por el Estado. Por cada servidor neutralizado, surgía otro servidor proxy para sustituirlo. La gente que no podía votar en un colegio electoral, podía hacerlo en otro, pero el sistema informático no permitía votar más de una vez, en contra de lo que afirmaban los políticos unionistas y la prensa española. A lo largo del año, la versión del Gobierno español no ha sido más que un tejido de mentiras inverosímiles que se han propagado a través de los medios de comunicación. Es una tarea prácticamente imposible – para personas con recursos limitados – hacer frente al impresionante despliegue propagandístico que ha llevado a cabo el Estado español. Para dar a conocer la historia que algunos medios de comunicación han decidido ignorar, he decidido empezar este blog.
El asalto legal comenzó antes del referéndum, con el asalto al Departamento de Economía y Finanzas de la Generalitat. Todas las páginas web que anunciaban el referéndum fueron clausuradas ilegalmente por la Guardia Civil, un hecho que ahora será legal, ya que las tres principales fuerzas políticas españolas – PSOE, PP y Cs – han presentado recientemente una enmienda que hace innecesarias las órdenes judiciales, aunque las restricciones legales no hayan impedido actuaciones en este sentido por parte del Estado español en el pasado.
El 20 de septiembre de 2017 la policía española asaltó las oficinas del Gobierno catalán y detuvo a 15 altos cargos, una operación que se había repetido a lo largo del año para buscar desesperadamente pruebas sobre un supuesto uso indebido de fondos públicos. Nunca encontraron nada. Ese día, 40.000 personas rodearon la Consejería de Economía para protestar contra el asalto. Sin embargo, los 14 agentes de la Guardia Civil pudieron llevar a cabo su tarea sin ningún problema, nadie les molestó. Es la manera catalana de hacer las cosas. Normalmente 40.000 personas podrían reducir a 14 policías en pocos segundos. Pero no fue así, los catalanes, indignados, pero civilizados, expresaron en voz alta su protesta y su rechazo. Ni siquiera tocaron las armas de fuego que los policías dejaron – deliberadamente – en la parte trasera de sus coches, para provocar una situación de violencia. Esta es sólo una de las muchas provocaciones policiales que todavía no han sido aclaradas debidamente.
Los líderes de las principales organizaciones civiles independentistas, Jordi Cuixart i Jordi Sánchez, pidieron permiso para subir al techo de uno de los tres vehículos policiales que habían sido abandonados y que hasta entonces habían sido utilizados por los medios de comunicación para obtener mejores imágenes de lo que allí estaba sucediendo. A través de un megáfono, Cuixart y Sánchez, solicitaron calma a la multitud y pidieron que se pusiese fin a la protesta y que todo el mundo volviese a sus casas. La multitud les hizo caso. A partir de este hecho, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart fueron detenidos y llevan casi un año en prisión preventiva acusados de rebelión y sedición, aunque la violencia y la alteración del orden público que exige la ley para aplicar este tipo legal, brillan por su ausencia. Un año más tarde, el Poder judicial español no ha conseguido aportar prueba alguna de estos cargos. Por tanto decidieron inventarlas.
Días después, el 3 de octubre, Catalunya quedó paralizada por una huelga general. Se bloquearon carreteras, fronteras y puertos. Un gran número de empresas cerraron y cientos de miles de catalanes salieron a la calle. Se habló de una huelga general indefinida. El Rey “de todos los españoles” no dudó en ponerse al lado del Gobierno español. En una aparición televisiva, amenazó y reprendió severamente y en tono belicoso a sus “súbditos desleales”.
Con la declaración de independencia llegó la introducción del artículo 155 de la Constitución española, la imposición del gobierno directo desde Madrid. Desde entonces, nueve líderes políticos han sido encarcelados, acusados falsamente de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, siete han tenido que exiliarse, la mayoría acusados de los mismos delitos, el rapero Josep Arenas (Valtonyc) fue condenado a pena de prisión, pero pudo trasladarse a Bélgica, donde también permanece el activista del CDR Adrià Carrasco. Otra activista del CDR, Tamara Carrasco, fue detenida y permanece confinada en su pueblo en espera de juicio. Cientos de personas han sido procesadas por otros delitos por el Tribunal Supremo y los Tribunales Superiores, muchos de ellos en virtud de la legislación sobre delitos de incitación al odio o la “Ley Mordaza. La ley aplicada por el Poder Judicial español (en nombre del Gobierno español) tenía como objetivo decapitar el Gobierno catalán, silenciar a sus representantes e inhibir las acciones de los sustitutos de los cargos encarcelados o exiliados. Es la represión de una clase política, los que están ahora en el gobierno no tienen libertad de actuación ya que están bajo amenaza de acciones legales, sanciones que pueden provocar su ruina económica, el exilio o la prisión. ¿Es esto aceptable en un país europeo, en la Unión Europea, en 2018?
El Gobierno español convocó elecciones en Cataluña para el 21 de diciembre. En principio se aceptaron listas de candidatos que contenían los nombres de muchos de los que estaban en prisión o en el exilio. Cuando el resultado de estas injustas elecciones fue una repetición de las celebradas en 2015, es decir, mayoría parlamentaria independentista, la voluntad democrática del pueblo catalán fue ignorada de nuevo. A los candidatos que habían sido elegidos y estaban encarcelados o en el exilio se les negó su derecho constitucional a ejercer su mandato, no se respetó la voluntad de los electores catalanes y se les negó el derecho al sufragio. El unionismo español y sus medios de comunicación pasaron meses burlándose de ellos. No aceptaron el resultado de las elecciones. La lista de vulneraciones de los derechos humanos, civiles y políticos se ha convertido en una letanía habitual en España.
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Un año después, la mayoría de los catalanes siguen consternados. Para muchos fue insufrible. Algunos han renunciado a cualquier implicación por su propia seguridad, otros han perdido de vista el objetivo, y otros ni siquiera hablarán ni oirán hablar de ese día. Pero muchos decidieron resistir activamente. Formaron grupos y se integraron ellos, actuaron a pesar de la constante amenaza de acciones legales, decidieron luchar, sin violencia, todos ellos a su manera, todos ellos voluntarios, sin compensación económica, sólo movidos por sus ideales y por la fe en la República Catalana.
Se han llevado a cabo innumerable actos, manifestaciones y concentraciones en protesta por la represión del Estado español, siempre pacíficamente, la mayoría de ellos con carácter festivo. Es la manera de proceder de los catalanes. Y los activistas catalanes son reprimidos desde entonces por la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, que actúan de una manera semejante a la policía española a causa del control del Gobierno español. Siguieron produciéndose fuertes cargas policiales y, sobre todo, una acción muy violenta de la unidad móvil antidisturbios BRIMO cuando miles de manifestantes rodearon la delegación del Gobierno en la calle Mallorca el 23 de marzo, indignados por el encarcelamiento de otros cinco diputados catalanes.
Ningún problema; No passarán
Después de una de las “Diadas” más multitudinarias de la Historia, se produjeron dos acciones que suscitaron ciertas reacciones polémicas por parte de la policía catalana. Dos veces en el espacio de dos semanas – y desafiando a las autoridades catalanas – los independentistas decidieron bloquear manifestaciones nacionalistas españolas. La primera había sido convocada por una plataforma contraria a la enseñanza del idioma catalán y la segunda, el sábado pasado, organizada por el sindicato policial JUSAPOL, que pretendía celebrar el “éxito” de la Operación Copérnico (la violenta represión del referéndum del 1 de octubre) con una marcha hasta la Plaça Sant Jaume – la sede del Gobierno catalán – con la excusa de reclamar la equiparación salarial con los Mossos, esta manifestación se había convocado 2 días antes del primer aniversario del referéndum de autodeterminación. La politización del poder judicial y policial español ha sido una de las características más inquietantes de los últimos años, por mucho que el gobierno español – de cualquier color – se empeñé en sostener que en España existe separación de poderes y que es una democracia modélica.
La “Acampada per la llibertat” recibió algunas críticas. Instalaron sus tiendan el 11 de septiembre, la Diada Nacional de Catalunya, con la intención de no dejarles pasar. La noche anterior a la manifestación de los que rechazaban la enseñanza en catalán en las escuelas, estaba sentado en medio de la Plaça Sant Jaume ayudando a los “vigías” y bromeando sobre si los fascistas les atacarían esa noche tal como habían amenazado. No lo hicieron, pero me preocupó lo vulnerables que parecían los acampados. Esperaba que los fascistas estuvieran debidamente controlados. La noche anterior a la manifestación de JUSAPOL, en la Plaça Sant Jaume ya se había congregado una multitud de personas a pesar que la policía había desalojado el campamento el miércoles anterior, destrozando las tiendas con deliberada despreocupación. Cuando regresaron, también habían destrozado los colchones.
JUSAPOL, que organizaba esta última manifestación, pretendía llevar a Barcelona policías de toda España, esperaban reunir a 10 o 15.000 personas. Al final, apenas llegaron al millar. La última vez que vinieron (el 1 de octubre) se les pagaba y se mostraron más “entusiastas”. Esta vez, muchos de los que asistieron ni siquiera eran policías. Era realmente escandaloso ver a los nacionalistas españoles aprovechando otra oportunidad para burlarse e insultar a los catalanes. Grupos independentistas abandonaron la plaza para enfrentarse a los Mossos en la Vía Laietana. El espíritu de los aviones de papel que se arrojaron contra la policía en una manifestación reciente, continuaría en una acción anunciada desde hace tiempo: la fiesta de Holi, estaba a punto de comenzar.
La acción del pasado fin de semana ha sido muy criticada por su “violencia”, sobre todo porque algunos de los que estaban en primera línea estaban enmascarados. Los políticos y medios de comunicación que hacen tales afirmaciones, obviamente nunca han estado en manifestaciones en cualquier otra parte del mundo ni han visto disturbios en otras ciudades. Yo sí. También optan por ignorar la respuesta de los Mossos al “rediseño” de sus uniformes al estilo Holi. Respondieron con cargas usuales, muy conocidas durante los últimos tiempos y en las que, una vez más, la policía ignoró las reglas sobre los golpes en la cabeza y la disuasión sobre el terreno. Pero los catalanes siguen resistiendo, están acostumbrados. Muchos ya no están dispuestos a levantar los brazos, pero aunque los bajes para protegerte, pueden rompértelos a golpes de porra. Si no lo haces, pueden ser las costillas, o la cabeza….
Las autoridades catalanas afirmaron que, en caso que se hubiese roto el cordón policial, habría podido producirse una carnicería. Al igual que la concentración de la Calle Mallorca, no hubo ningún intento de hacer algo así. Curiosamente era extremadamente fácil salir de la Plaça Sant Jaume y llegar hasta la marcha “policial” de Plaça Catalunya. Si hubiera querido, podría haberlo hecho sin ningún problema. De todas formas se produjeron cargas ocasionales contra los que intentaban hacer frente a los visitantes fascistas que atravesaron las débiles líneas policiales o que se movían fuera de la marcha de JUSAPOL. Nuevamente se pudo observar ataques de “falsa bandera” por parte de supuestos “independentistas violentos”. Y, por supuesto, la policía aprovechó la oportunidad para golpear a los que quedaron atrapados bajo un andamio. En total se produjeron siete detenciones.
Es muy difícil creer que se trate de un simple descuido por parte de la policía. Más bien parece una trampa, una de esas situaciones en la que se provoca y facilita una acción violenta. Pero son trampas muy burdas. Cuando no pueden atrapar a su presa, los políticos y los medios de comunicación unionistas se comportan como si lo hubieran hecho. Es realmente grotesco. El relato de la “violencia independentista” se creó como base para emprender acciones legales contra cualquiera que desafiase a las autoridades, para que la gente tuviese miedo de actuar. Esta estrategia ha tenido cierto éxito en el caso de los políticos catalanes, no sólo por la amenaza de acabar en la cárcel o en el exilio, sino también por la amenaza constante de que se vuelva a aplicar el artículo 155 y se produzca una intervención directa de las instituciones, de la que no quieren ser considerados responsables. Sin embargo, la represión ha sido poco efectiva en relación al movimiento popular, la gente está saliendo a la calle de nuevo, cansada de la renuencia de sus políticos a actuar.
Es ridículo censurar a estar personas por el simple hecho de expresar su indignación por lo que les ha ocurrido, por las agresiones y las humillaciones que han sufrido. ¿Es que a los catalanes no se les permite indignarse? No sólo no se les permite indignarse, no se les permite ser catalanes, se niega su existencia. Y no tienen nada de qué avergonzarse. El 1 de octubre fue un extraordinario ejemplo de inteligencia colectiva y esta unidad ha sido sistemáticamente atacada y socavada por el poder y los medios de comunicación. Por eso me siento orgulloso de la gente que se enfrentó a la provocación fascista y para expresar su rechazo a todo lo que representan. Tienen todo el derecho a hacerlo. Les aplaudo y les apoyo. También me enorgullece haber conocido y compartido experiencias con gente de La “Acampada per la llibertat”. Estas personas son un ejemplo para todos los demás.
Quizá entre ellos haya otro Xirinacs, el legendario activista catalán que siempre defendió sus ideas empleando métodos no violentos, incluyendo huelgas de hambre. Un hombre que pasó 12 horas al día frente a una prisión de Barcelona durante 21 meses exigiendo una ley de amnistía para los presos políticos. Un hombre que fue encarcelado varias veces y que se suicidó desengañado por la cobardía de la clase política.
ACTE DE SOBIRANIA (Lluís M. Xirinacs)
He viscut esclau setanta-cinc anys
en uns Països Catalans
ocupats per Espanya, per França (i per Itàlia)
des de fa segles.
He viscut lluitant contra aquesta esclavitud
tots els anys de la meva vida adulta.
Una nació esclava, com un individu esclau,
és una vergonya de la humanitat i de l’univers.
Però una nació mai no serà lliure
si els seus fills no volen arriscar
llur vida en el seu alliberament i defensa.
Amics, accepteu-me
aquest final absolut victoriós
de la meva contesa,
per contrapuntar la covardia
dels nostres líders, massificadors del poble.
Avui la meva nació
esdevé sobirana absoluta en mi.
Ells han perdut un esclau.
Ella és una mica més lliure,
perquè jo sóc en vosaltres, amics!
Lluís M. Xirinacs i Damians, Barcelona, 6 d’agost de 2007
Personalmente hablando, me siento feliz de haber podido vivir tantas cosas positivas el año pasado. Ha sido un aprendizaje en todos los sentidos. He tenido el placer de poder escuchar y hablar con muchas personas interesantes y comprometidas, gentes de todas las profesiones y condiciones sociales, de todos los orígenes. He disfrutado haciendo nuevos amigos. También he hecho muchos enemigos, gente caracterizada por su escandalosa inhumanidad, por su crueldad, estupidez, violencia, mentira, corrupción, arrogancia, abuso, racismo, odio, desprecio y fascismo sin máscara. Me ha sorprendido el silencio de la mayoría de los españoles. En los últimos años, los catalanes han mostrado una gran solidaridad, no sólo con los otros pueblos españoles, sino también con los refugiados, por ejemplo. Sin embargo, el apoyo que han recibido de España ha sido muy escaso.
Este artículo quiere ser también un homenaje a aquellos españoles lo suficientemente valientes para apoyar públicamente a los republicanos catalanes, a los que dicen la verdad sobre lo que realmente ocurrió el año pasado, y sobre el Estado español, a pesar de la presión y la incomprensión a la que están sometidos. Y un mensaje de agradecimiento a los extranjeros que han hecho lo mismo, muchos de los cuales han venido a visitar Catalunya por la Diada.
Y para los que en Catalunya se han dedicado a mentir sistemáticamente sobre estos mismos hechos y sobre la situación política, que han estado al lado del Estado español y la policía española en contra de sus conciudadanos (tanto independentistas como unionistas) que votaron el 1 de octubre, mi más absoluto desprecio. Desprecio también que hago extensivo a aquellos políticos unionistas que han impulsado el relato de la fractura en la sociedad catalana, que han promovido el conflicto y la confrontación, y a todos aquellos que se han dedicado a provocar y a maltratar a los independentistas o a las personas que mostraban sus solidaridad con los presos políticos, verbal o físicamente, a la vez que afirmaban que ellos eran las víctimas.
El vergonzoso silencio de la comunidad internacional es menos sorprendente, pero a los republicanos catalanes les ha resultado difícil de digerir. La Unión Europea ha apoyado incondicionalmente todos los abusos de España, a la vez que castigaba a otros países, a Hungría por ejemplo, por un deterioro similar en la calidad de su democracia. Los probables procesos judiciales ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos siguen estando muy lejos. El poder judicial español y sus filiales en Catalunya son una vergüenza absoluta. España tiene uno de los poderes judiciales más politizados de Europa.
Tampoco hay que olvidar que todos estos acontecimientos fueron precedidos por los trágicos atentados terroristas en Barcelona y Cambrils, y que precedieron a unos hechos especialmente dolorosos. Dos de los responsables de la resolución efectiva de este caso, el Conseller de Interior Joaquim Forn, y el Major de los Mossos de Esquadra, Josep Lluis Trapero han sido apartados de sus cargos. Joaquim Forn está en prisión a la espera de un juicio acusado de rebelión, entre otros delitos, y Josep Lluis Trapero será juzgado por sedición (si este cargo no es elevado a rebelión) y pertenencia a banda criminal.
Resulta conmovedor ver como los catalanes conmemoran un aniversario tan oscuro, con esa curiosa mezcla de justa ira y de buen humor que les caracteriza, cortando carreteras, manifestándose, asistiendo a concentraciones, exigiendo la dimisión del nuevo Conseller de Interior, Miquel Buch, organizando actos en todo el país. Y es porque saben perfectamente que lo que consiguieron hace un año fue algo muy grande. Es una revolución del pueblo pagada con el tiempo y el dinero del propio pueblo: el referéndum del 1 de octubre, las organizaciones civiles, los fondos de solidaridad, los grupos de activistas… todo ello es posible gracias a los voluntarios. Jamás me cansaré de contar la historia de lo que ocurrió en Catalunya el 1 de octubre de 2017. Es una historia que ha cambiado vidas.
Original por MILFORD EDGE @milfordedge (barbaryfigs)
Artículo traducido por Xavier F. Domènech @xavidomenech99
Article translated Xavier F. Domènech @xavidomenech99
Publicado el 1 de octubre 2018